Desconfianza, miedo y odio: Los motores de la campaña del 23J en España
Por: Valeria de la Fuente and Krystalle Pinilla
21 de julio de 2023
Este artículo está disponible en inglés.
Glosario
23J – abreviatura común para referirse a las elecciones generales anticipadas en España del 23 de julio de 2023.
28M – abreviatura común para referirse a las elecciones municipales y autonómicas en España del 28 de mayo de 2023.
ETA (Euskadi Ta Askatasuna) – organización terrorista nacionalista vasca y de extrema izquierda que anunció el “cese definitivo” de su actividad en 2011 y se disolvió por completo en 2018. Escisión de un grupo no violento fundado en 1959, ETA llevó a cabo su primer atentado terrorista en 1968. Durante su actividad, ETA acabó con la vida de 853 personas, hirió a miles y secuestró a 79.
Movimiento Sumar (SMR) – Partido progresista de izquierdas fundado en 2023 como escisión de Podemos. La exmiembro de Podemos Yolanda Díaz es la líder del partido y actualmente ejerce como vicepresidenta segunda del Gobierno desde 2021 y ministra de Economía Social del Gobierno de España desde 2020.
“Ley solo el sí es sí” – Ley de consentimiento sexual; aprobada el 7 de octubre de 2022 para regular el consentimiento sexual y garantizar la libertad sexual en España. La líder de Podemos y ministra de Igualdad, Irene Montero, impulsó esta ley para permitir la persecución de las agresiones sexuales sin necesidad de demostrar que el agresor empleó violencia y/o intimidación -lo que en varias ocasiones ha provocado que las agresiones sexuales fueran condenadas como abusos sexuales por falta de pruebas suficientes, incurriendo en una pena menor. Con esta ley se elimina el delito de abuso sexual y sólo se reconoce la agresión sexual, pero además se establece un mayor abanico de tiempos de condena. Los abogados han aprovechado estos cambios para solicitar la reducción del tiempo de prisión para los agresores sexuales condenados de acuerdo con las nuevas órdenes de condena. En el momento de redactar este informe, esta ley ha provocado la reducción de las penas de más de mil agresores sexuales condenados y ha permitido la excarcelación de 117 personas.
Partido Popular (PP) – Partido conservador autodefinido como “centro reformista”. Uno de los partidos predominantes en la democracia española posfranquista. Alberto Núñez Feijóo es su actual líder.
Partido Socialista (PSOE) – Partido Socialista Obrero Español: Partido socialdemócrata con la historia de gobierno más larga en España. Uno de los partidos predominantes en la democracia española posfranquista. Pedro Sánchez es el líder del partido y actual presidente del Gobierno de España.
Podemos – Alianza socialista democrática formada por Podemos e Izquierda Unida y otros partidos de izquierda en 2016, actualmente liderada por Irene Montero (ministra de Igualdad). Podemos anunció que no se presentará a las elecciones del 23J, sin embargo muchos de sus miembros se han registrado en las listas de Movimiento Sumar para las elecciones generales.
VOX – Partido de extrema derecha que defiende una ideología ultraconservadora y ultranacionalista. Santiago Abascal, ex miembro del PP, es el líder del partido desde 2014.
Principales resultados
En vísperas de las elecciones generales del 23J en España:
- Políticos de ambos lado del espectro político han adaptado sus mensajes de campaña, de forma deliberada o inconscientemente, para apelar a los ya elevados niveles de desconfianza de los ciudadanos hacia los partidos políticos (90% de desconfianza), en el gobierno (73%) y en los medios de comunicación (70%) -todos ellos superiores a la tasa media de la UE- mediante el uso de acusaciones difamatorias contra la credibilidad de las instituciones oficiales y narrativas de alarmismo (por ejemplo, acusando a dos partidos de tener la intención de liderar una insurrección al estilo del 6 de enero en EE.UU. si no ganan el domingo).
- Todos los partidos han recurrido a una retórica incendiaria que sigue tendencias similares a las de las “guerras culturales” que ISD ha observado en otras elecciones a nivel global -la instrumentalización de los derechos LGTB, el feminismo, el cambio climático y la inmigración– erosionando cualquier resquicio de consenso no partidista sobre estas cuestiones.
- En los foros de internet se han difundido diversas versiones sobre el fraude electoral. Una de ellas -la que afirma que el gobierno está interfiriendo en el servicio público de Correos (operador de Servicio Postal Universal en España) para restringir la distribución del voto por correo- se ha convertido central en el debate político tras ser compartida por figuras de la derecha. En los márgenes no partidistas, hay usuarios en canales de Telegram que afirman que la nueva Ley de Memoria Histórica, que concede la ciudadanía a los descendientes de exiliados españoles, sólo se aprobó para atraer votos a los partidos de izquierda.
- Grupos activistas, comunidades marginales en Internet e incluso algunos políticos electos en España están introduciendo narrativas extremistas y teorías conspiratorias, como la teoría del “Gran Reemplazo“, acusaciones de pederastia contra la comunidad LGBTI y el insulto “groomer” o “grooming” -todas tácticas que se han visto en otras democracias occidentales. Hasta ahora, ninguna de estas narrativas ha entrado en la corriente principal (mainstream) de la campaña política.
- Analizando la actividad online de estos grupos, descubrimos que los políticos y los grupos activistas son los que más han incorporado mensajes polarizadores, sin tener en cuenta los efectos conocidos y las consecuencias de socavar la confianza en los medios de comunicación, la integridad electoral y las instituciones democráticas en un país.
Introducción
En un giro inesperado, España se dirige a las urnas para unas elecciones generales anticipadas este domingo 23 de julio, cuatro meses antes de lo previsto. Durante los 16 días que ha durado la campaña, políticos de todos los sectores han explotado abiertamente las preocupaciones de los ciudadanos, entrelazándolas con conocidas narrativas extremistas para obtener beneficios políticos. Los niveles excepcionalmente altos de desconfianza en España hacia los partidos políticos y los medios de comunicación, 90% y 70% respectivamente, permiten que prospere la desinformación y las narrativas extremistas. Este contexto incentiva y recompensa el uso de mensajes sensacionalistas y a veces extremistas por parte de los medios de comunicación y los políticos, así como grupos activistas, que compiten por la atención pública. La campaña electoral del 23J ha estado repleta de conspiraciones sobre el fraude electoral, acusaciones de posturas anti-LGBTI, antifeministas y extremistas a los dos lados del espectro político, e incluso alarmas de que habría una insurrección al estilo del 6 de enero (EE.UU.) contra el Parlamento español si dos de los partidos perdían.
ISD se propuso identificar en qué contextos se estaban utilizando estos mensajes extremistas y la desinformación, tanto en el escenario político offline como online, y quién estaba haciendo uso de ellas. ISD examinó las cuentas de Twitter, Instagram y Telegram de políticos influyentes, medios de comunicación, ‘influencers’ en el discurso político, grupos activistas, y comunidades online para identificar los mensajes extremistas y la desinformación desplegados durante el período comprendido entre el 12 de mayo y el 18 de julio. Seleccionamos este periodo para investigar el contenido de los 16 días de campaña previos a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, hasta el 18 de julio, cuando finalizaron los sondeos de opinión para las elecciones del 23 de julio. Además, utilizamos Brandwatch para analizar los tuits que mencionaban el eslogan “Txapote”. Descubrimos que los medios de comunicación, los políticos y los grupos activistas han sido los más activos en la difusión de mensajes polarizadores, haciendo caso omiso de los peligros conocidos de socavar los medios de comunicación, la integridad electoral y las instituciones democráticas del país.
Estas narrativas, legitimadas por los políticos que las utilizan y los medios de comunicación que les dan la plataforma para hacerlo, han dado cabida a puntos de vista aún más extremistas, teorías conspirativas y narrativas antigubernamentales o antisistema. En un caso destacado, un cargo electo de Baleares que acababa de convertirse en presidente del Parlamento regional escribió un artículo titulado “el Gran Reemplazo” para un periódico local. Este artículo comparte el título y los temas de debate de la conocida teoría conspiratoria transnacional de supremacía blanca. ISD también ha observado cómo grupos de defensa como Desokupa, Hazte Oír y CitizenGo (de orientación internacional), han difundido mensajes agresivos, y a veces extremistas, a su audiencia combinada de más de 482.000 seguidores en Instagram, Twitter y Telegram.
Hasta ahora, las comunidades españolas activas online parecen resilientes a los mensajes de estos grupos, interactuando a niveles bajos con estos contenidos, y a menudo desafiando estos puntos de vista como “intolerables” en los comentarios de redes sociales. Sin embargo, no hay forma de medir la repercusión exacta de estos mensajes entre aquellos que le dan “me gusta” o simplemente siguen su contenido. La realidad es que, al igual que en otros países, la desinformación y las opiniones extremistas pueden volverse más aceptables con el tiempo y la repetición.
Si los políticos siguen cuestionando la credibilidad de sus rivales, así como la de los medios de comunicación y las instituciones gubernamentales, es posible que los españoles busquen aún más un periodismo extraoficial, no partidista o denominado “independiente,” y se encuentren tal vez con información no contrastada o puntos de vista más extremista. A corto plazo, los resultados del 23 de julio, con 1 de cada 5 votantes indecisos,dirán qué estrategia y de qué partido ha dado resultado. Sin embargo, sólo el tiempo dirá las repercusiones a largo plazo de hacer de la desconfianza, el miedo y el odio los temas centrales de la campaña del 23J en España.
La desconfianza de los españoles: constante y superior a la media de la UE
La desconfianza de los españoles hacia las instituciones democráticas afecta a todos los poderes del Estado y es alarmantemente alta en comparación con sus homólogos de la UE. Según la encuesta Eurobarómetro Standard 98 publicada en marzo de 2023, el 90% de la población española desconfía de los partidos políticos (un 15% más que la media de la UE) y el 73% desconfía del Gobierno (un 10% más que la media de la UE). Otra encuesta del Eurobarómetro de enero de 2023 reveló que el público español tiene poca confianza en la independencia del sistema judicial, con un 51% que afirma desconfiar del mismo (un 9% más que la media de la UE).
Los medios de comunicación tampoco evocan confianza entre la población española: el 70% de los ciudadanos desconfía de ellos y el 78% afirma encontrar a menudo noticias engañosas o falsas, conocidas como ‘fake news’ (un 12% y un 9% más que la media de la UE, respectivamente). El público español expresa un mayor grado de preocupación por la existencia de noticias falsas que sus homólogos de la UE, con un 83% que lo considera un problema grave. Al mismo tiempo, el público español se siente menos capaz de identificar ‘fake news’, según la encuesta.
Teniendo en cuenta que la confianza en las instituciones es un pilar fundamental para el funcionamiento de cualquier democracia, estas cifras deberían ser motivo de alarma en España. Sin embargo, recuperar la confianza del público no ha sido una prioridad de los partidos políticos en esta campaña electoral. Al contrario, en varias ocasiones durante la campaña han explotado estas preocupaciones, acusando a los medios de comunicación de ser parciales, al sistema judicial de carecer de independencia y al Gobierno de proporcionar deliberadamente datos engañosos. Esta retórica no sólo ha fallado en recuperar la confianza de los ciudadanos, sino que ha afianzado y legitimado aún más los altos niveles de desconfianza.
Contexto electoral
Tras casi cuatro años de gobierno de coalición entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos, ambos de izquierdas, los españoles acudieron a las urnas el 28 de mayo (28M) para las elecciones locales y autonómicas (en 12 de las 17 regiones). El Partido Popular obtuvo grandes victorias tanto a nivel local como autonómico, ganando seis de las 10 regiones en las que gobernaba el PSOE. Para muchos, las elecciones del 28M parecían presagiar cuales serían los resultados de las elecciones generales previstas para noviembre. Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno y del PSOE, se anticipó disolviendo el Parlamento y convocando elecciones anticipadas el 23 de julio (23J).
Desde entonces, una oleada de difamaciones entre los principales partidos de izquierda (el PSOE y el nuevo partido Sumar) y de derecha (el PP y VOX) han cobrado protagonismo. Se han colocado -y posteriormente retirado por órdenes de la Junta Electoral- lonas denominadas “de odio” en Madrid (imagen 1), y los partidos de ambos bandos han utilizado narrativas que buscan infundir miedo sobre las posibles coaliciones con antiguos terroristas, partidos separatistas o la “ultraderecha”. En concreto, las coaliciones de los partidos mayoritarios (PP y PSOE) serían:
Esto sigue tendencias similares a las “guerras culturales” que ISD ha observado en otras elecciones a nivel global, en las que se utilizan temas como el cambio climático, las políticas de inmigración, los movimientos nacionalistas y los derechos LGBTI como armas de campaña. Además, los partidos, los grupos activistas y los medios de comunicación están reavivando miedos y divisiones sobre temas que llevan tiempo asentadas, como es la banda terrorista ETA. Los medios de comunicación, a pesar de recibir acusaciones por parte de los mismos políticos, les conceden tiempo en antena que estos utilizan para difundir mensajes polarizadores, como se vio en el único debate entre los líderes de los partidos mayoritarios, Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Y entre todo, el público español, es un mero espectador de este juego.
Desconfianza, miedo y odio
En el periodo previo al 23J hemos observado cómo actores de ambos lados del espectro político, se refieren, e incluso sacan provecho, a las preocupaciones en torno a la agenda climática, el movimiento Okupa, el feminismo, y los derechos LGTBI entre otros.
El partido de extrema derecha VOX ha explotado las preocupaciones en torno a la inmigración, los movimientos separatistas y las políticas progresistas que promueven los derechos LGTBI, el feminismo y la acción climática. En una lona desplegada en Madrid, VOX exhibió explícitamente estos mensajes (imagen 1), que a pesar de ser retirada a los 10 días sigue circulando por internet. VOX ha utilizado esta estrategia en elecciones anteriores (imagen 3), compartiendo propaganda electoral polémica para conseguir viralidad en redes sociales. VOX ha utilizado esta estrategia en elecciones anteriores (imagen 3), compartiendo propaganda electoral polémica que se vuelve viral en redes sociales.
El PP también ha capitalizado en la desconfianza de los ciudadanos españoles, acusando a Sánchez de politizar el poder judicial, desacreditar las instituciones públicas y refiriéndose al presidente como “autoritario y extremista“. Además, el PP ha acusado al Gobierno de blanquear y legitimar al grupo terrorista ETA y de rebajar las penas a los agresores sexuales (ver Feminismo, más abajo). Consciente de las objeciones sobre un posible pacto con la extrema derecha, el PP está pidiendo a los votantes el “voto útil”: votar al PP para acercarse lo más posible a los 176 de 350 escaños necesarios para una mayoría que permita al partido gobernar en solitario, o para asegurar que en caso de que necesiten pactar con VOX, tengan suficiente influencia para no tener que hacer concesiones en torno a las políticas más controvertidas del partido de extrema derecha.
Los partidos de izquierda también parecen utilizar la desconfianza de los ciudadanos en las instituciones en su propio beneficio. El Primer Ministro Sánchez acusó a los medios de comunicación españoles de ser conservadores y de deshumanizarle a él y a su partido (y el presentador de uno de los principales medios de comunicación respondió que la acusación era “Trumpismo en estado puro”). El partido Podemos, socio del gobierno actual, acusó al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de manipular negativamente los sondeos en su contra. Esta acusación volvió a suscitar dudas sobre la independencia del CIS, dirigido por un antiguo miembro del PSOE. Por otro lado, los partidos de izquierda -PSOE, Podemos y Sumar- están movilizando repetidamente a los votantes en contra de una coalición que pueda incluir a VOX, con el objetivo de captar votantes conservadores del PP que puedan rechazar algunas de las posturas más extremas de VOX. La campaña de la izquierda ha definido las elecciones del 23J como un punto de inflexión para la diversidad, la igualdad y la inclusión. Sin embargo, al hacerlo, han declarado indirectamente que los derechos LGBTI, el feminismo y las políticas contra el cambio climático son exclusivamente su causa, y los votos en su contra constituyen votar contra estas causas (imagen 4).
Sánchez ha enfocado cada vez más su campaña en el “anti-Trumpismo”, explicando a los votantes que votar por él es alinear a España con el presidente de EEUU, Biden, y que votar al PP es alinear al país con Trump. También ha utilizado el caso del asalto al capitolio en EEUU el 6 de enero de 2021 como analogía del rumbo que podría tomar España si la derecha conservadora se apodera del país. Durante una comparecencia pública dos días después de convocar las elecciones anticipadas, advirtió de que si los partidos de la oposición, PP y VOX, perdían las elecciones alegarían que hubo fraude electoral e incitarían a un “asalto al Capitolio”, como hicieron sus “maestros” en EEUU. Otros miembros del PSOE han hecho acusaciones similares (imágenes 6 y 7) días antes de las elecciones que han sido posteriormente retuiteadas por sus compañeros de partido. Aunque es cierto que VOX sí recibió el apoyo del expresidente estadounidense Trump, el PP ha criticado reiteradamente el papel de Trump en los disturbios del Capitolio. Hasta ahora, no hay pruebas de que PP o VOX vayan a organizar manifestaciones o promuevan el uso de la violencia, por lo que estas acusaciones son infundadas, divisorias e incendiarias.
Además, el presidente del Senado español, Ander Gil (PSOE), compartió un artículo que incluía una declaración atribuida falsamente a la presidenta de la UE, Ursula von der Leyen (que más tarde fueron desmentidas en un comunicado de prensa por la Comisión Europea). El PP utilizó esto como ejemplo para acusar al PSOE de difundir noticias falsas (imagen 8).
Acusaciones de fraude electoral
Las acusaciones de fraude electoral, denominadas “pucherazo”, fueron lanzadas por algunas figuras de la derecha en el periodo previo al 28M. En la campaña para el 23J, el temor al fraude electoral o a la intervención del gobierno en la distribución de los votos por correo se ha vuelto generalizado.
Como muchas teorías conspiratorias, las acusaciones de “pucherazo” surgieron a raíz de preocupaciones sinceras en torno al servicio postal de Correos y su capacidad para entregar un número de votos sin precedentes (2,6M, 2,5x más que en 2019) durante el período de vacaciones de verano. Aunque Correos afirmó que llevaría a cabo una contratación “sin precedentes” y que pagaria las horas extras para garantizar la entrega de todos los votos, esta teoría acusa al Presidente Sánchez de limitar deliberadamente los recursos del servicio, aprovechando así su amistad con el Director de Correos para restringir la entrega de votos (imágenes es 9, 10 y 11).
En un mitin de campaña, el candidato del PP, Feijóo, alimentó estas afirmaciones cuando instó a los trabajadores de Correos a hacer todo lo que estuviera en sus manos para entregar los millones de votos que se habían solicitado por correo, “independientemente de los [deseos] de sus jefes”. Tras este mitin, estas desafortunadas alegaciones se propulsaron a los titulares de la mayoría de los medios de comunicación, y fueron compartidas por otras figuras del PP y VOX, e investigadas por periodistas de derechas.
A principios de la campaña del 23J, otras acusaciones de pucherazo circularon por canales de Telegram y cuentas de Twitter en torno a los votantes residentes en el extranjero, conocidos como CERA (Censo Electoral de Residentes Ausentes, residentes que viven en el extranjero). En un canal de Telegram con más de 206,9 K suscriptores encontramos afirmaciones sin fundamento de que se había producido un aumento de 700% entre los votantes del CERA de la comunidad autónoma de Madrid con tendencias similares en otras grandes ciudades. Este usuario daba a entender que estas votaciones beneficiarían a la izquierda ya que los países donde más se había solicitado el voto eran Colombia, Venezuela y Argentina. Además, afirma que la concesión de la nacionalidad a descendientes de ciudadanos españoles exiliados formaba parte de una estrategia del PSOE para conseguir más votos (imágenes 12 y 13). A pesar de que los datos proporcionados por este canal son inexactos, estas acusaciones se han difundido por diferentes canales de Telegram y otras plataformas de redes sociales.
Igualdad y feminismo
Otro tema que ha encontrado en el centro del debate público y objetivo de las campañas de desinformación es el feminismo y los derechos de la mujer. El 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer y ciudades en España fueron testigo de manifestaciones divididas, un claro reflejo de las discrepancias que vive el movimiento feminista en el país. Cuestiones como la aprobación de la ley “Sólo el sí es sí” ( mirar el Glosario más arriba), que provocó la reducción de penas de más de mil delincuentes sexuales condenados y permitió la excarcelación de 117, así como las opiniones encontradas sobre los derechos de las personas trans y la prohibición de la prostitución, han sido motivo de divisiones y conflictos en la opinion publica.
Las políticas en torno a la violencia de género, la igualdad y el aborto en España llevan tiempo siendo motivos de polarización. La nueva alianza Sumar ha prometido defender “políticas feministas”. La decisión de Sumar de dejar fuera de la coalición a Irene Montero, Ministra de Igualdad del país y figura impopular entre la derecha por su papel en la ley “Sólo el sí es sí”, se consideró un movimiento político para atraer a votantes más centristas.
Durante las campañas de este año, los partidos de izquierdas han acusado a los partidos de derecha de “machismo“. Sánchez ha atacado específicamente a Feijóo, reprendiendo al PP por acuerdos y pactos pasados y futuros con VOX. El partido de extrema derecha, VOX, se ha opuesto repetidamente al uso del término “violencia de género” para referirse a los asesinatos de mujeres, por asociar estos crímenes con el machismo y sugerir que son el resultado de desigualdades sociales entre hombres y mujeres. VOX sostiene que usar la frase ‘violencia de género’ o ‘violencia machista’ es políticamente divisivo y en su lugar opta por homicidio, violencia doméstica o violencia intrafamiliar.
Mientras tanto, en las Islas Baleares el gobierno de coalición de VOX con PP, ha suprimido la consejería de igualdad (y la de sostenibilidad). Las consejerías de igualdad suelen encargarse de supervisar las llamadas “políticas feministas”, en las que entraría el seguimiento de los asesinatos de mujeres y niñas. Durante debates y entrevistas, tanto VOX como el PP han rechazado las acusaciones de ser machistas y se han justificado apelando a las consecuencias de la ley del “sí es sí” aprobada por los partidos de izquierda.
Este debate ha dividido la opinión pública española. El 17 de julio, Javier “Patxi” López, diputado del PSOE en el Congreso de los Diputados, tuiteó (imagen 4): “El 23J tienes muchos motivos para votar. Yo te pido que votes por ti. Porque tu voto es para luchar contra la violencia machista, el cambio climático o para defender las pensiones. Y para frenar a quienes están en contra de todo esto. Vota en defensa propia. Vota por ti”. Este tipo de discurso sugiere que no votar al PSOE supone votar a favor de la violencia machista. El PP ha respondido defendiendo su reconocimiento de la violencia machista e instando a todos los partidos y a la ciudadanía a “dejar de pelearse por esto.”
Actividad anti-LGBTI
Dado que la convocatoria de elecciones anticipadas coincide con la celebración del Orgullo, los derechos de la comunidad LGTBI también se han convertido en el sujeto de un amargo debate político.
La colocación de la bandera del Orgullo en ayuntamientos y otras instituciones públicas se ha convertido en motivo de debate. A finales de junio de 2023, la coalición liderada por VOX rechazó las peticiones para colgar la bandera LGTBI en el Parlamento Balear. Gabriel Le Senne, miembro de VOX y nuevo presidente del Parlamento balear, ha defendido que la baja tasa de natalidad de España puede achacarse a las “agendas culturales,” en parte al “adoctrinamiento LGTBI”. VOX se ha referido en repetidas ocasiones a la comunidad LGBTI como un “lobby totalitario” y ha exigido que la bandera no se cuelgue en instituciones públicas alegando que la Constitución establece que sólo se deben colgar “banderas oficiales”. En Extremadura (Mérida), el concejal de VOX, Francisco Piñol, exigió la retirada de la bandera LGTBI del Ayuntamiento, refiriéndose a esta como la bandera de los “pedófilos”. El líder regional de VOX calificó de “erróneas” las palabras de Piñol y aseguró que su partido “respeta absolutamente” cualquier orientación sexual.
Sin embargo, en la ciudad de Madrid, el PP iluminó su sede con los emblemáticos colores del Orgullo durante el mes de junio. El Ayuntamiento y la comunidad autónoma (Comunidad de Madrid), gobernada por el PP con mayoría absoluta, iluminaron el ayuntamiento y el Palacio de Cibeles con los colores arcoíris. Varios grupos activistas católicos se han opuesto abiertamente tanto al PSOE como al PP por su tolerancia con la bandera LGTBI y su supuesto fracaso defendiendo “valores”. Hazte Oír (organización que forma parte del grupo internacional CitizenGo), que ya estuvo en el radar de ISD por su participación en una red global de activistas ultraconservadoras que intentan frenar los derechos de las mujeres y las minorías sexuales, publicó en Twitter e Instagram mensajes rechazando el “totalitarismo LGTBI” y diciendo que los colores LGTBI “esconden” el comunismo (imágenes es 17 y 18). Hazte Oír afirma que están “protegiendo los valores familiares” y publicó una guía para el votante en la que el PP recibía un respaldo “leve” y VOX una calificación “buena” (imagen 18).
La nueva “ley trans”, que convierte a España en uno de los primeros países de la UE en permitir que las personas elijan su género, también ha sido motivo de debate durante la campaña electoral. Tanto el PP como VOX han declarado que recurrirán esta ley ante el Tribunal Supremo. Durante el mes del Orgullo, también ha habido casos en los que se ha utilizado el insulto “groomer” en redes sociales. En varias publicaciones verificadas por Maldita.es, algunos usuarios asociaban a la comunidad LGTBI con la pedofilia a través de imágenes alteradas (imagen 20). En otro caso, Gabriel Rufián, diputado en el Congreso por el partido regional ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) compartió en Twitter algunos ejemplos del odio que estaba recibiendo en Instagram después de que el grupo Desokupa (ver grupos activistas más abajo) compartiera una imagen suya celebrando el Orgullo 2023 (imagen 21). Rufián escribió en Twitter: “Me vais a tener siempre enfrente, nazis”.
Instrumentalización de la inmigración
El debate en torno a la inmigración en España sigue tendencias similares a las que ISD ha observado en otros países europeos. Por ejemplo, la teoría conspiratoria del “Gran Reemplazo”, ha sido compartida por algunos usuarios de Internet e incluso por un político. Algunos de estos usuarios de Internet afirman que el gobierno, los partidos políticos y los medios de comunicación están al servicio de las élites globales, y sostienen que las vacunas, los derechos LGTBI y las políticas climáticas forman parte de una agenda multiculturalista (imagen es 22 y 23). Le Senne, presidente parlamentario de VOX en las Islas Baleares, escribió un artículo para un periódico local titulado “El Gran Reemplazo” en el que se refiere a esta teoría para explicar que la disminución de la población blanca en el Reino Unido y Europa se debe a los inmigrantes negros procedentes de África, y en el caso de EEUU a los inmigrantes latinoamericanos. Luego afirma que en España, entre inmigrantes negros y latinoamericanos, “no está claro dónde acabará la cosa”. Por otro lado, hay dos tendencias en torno al debate sobre inmigración que se han agudizado durante esta campaña electoral.
En primer lugar, ha aumentado el uso de la desinformación y la misinformación en las conversaciones sobre inmigración, y se ha generalizado su uso en los debates y en la propaganda de campaña. VOX ha sido el partido más activo en este debate, llegando a utilizar datos engañosos para argumentar que se están dando ayudas económicas a los inmigrantes en detrimento de los españoles (imagen 24). Este discurso antimigratorio se dirige casi exclusivamente a los inmigrantes árabes, en particular a los menores no acompañados que emigran del norte de África, a menudo denominados “MENAs”. Desde que comenzó la guerra en Ucrania, VOX ha distinguido su percepción de los refugiados ucranianos, que deberían ser bienvenidos, de aquellos que son “jóvenes varones en edad militar” de origen musulmán que vienen a Europa a “invadir y colonizar.”
En un caso más reciente, la extrema derecha enmarcó las protestas en Francia bajo el prisma de la inmigración, alegando que son un ejemplo de los fracasos del multiculturalismo y de las políticas de fronteras abiertas. Algunos usuarios online han llegado a contrastar las protestas en Francia con la “estabilidad” de países menos permisivos con la inmigración, como Polonia o Hungría (imágenes es 25 y 26).
En segundo lugar, algunas figuras de la derecha a menudo destacan la nacionalidad de los delincuentes, sobre todo en casos de agresiones sexuales, para inspirar miedo a los inmigrantes y a la inmigración. En casos puntuales, han llegado a mentir sobre la nacionalidad del agresor o asumir que es de un sitio. En un caso reciente, figuras de la derecha atribuyeron erróneamente la autoria del asesinato de una mujer en Madrid a un hombre Magrebi, a pesar de que el autor había nacido y crecido en España (imagen 27). Abascal, candidato de VOX, participó en la difusión de esta acusación a través de su cuenta de Twitter (imagen 28). Abascal y otros que difundieron estas acusaciones, como el grupo Desokupa, están siendo investigados por un posible delito de odio.
El miedo al terrorismo
Esta campaña electoral está devolviendo las cuatro décadas de terrorismo de ETA al centro del debate político. A pesar de que sólo el 1% de los españoles está preocupado por el terrorismo hoy en día, los políticos lo han convertido en uno de los principales temas de debate durante la campaña electoral del 23J, reviviendo un doloroso conflicto que la sociedad española había dejado atrás hace tiempo.
Este debate se inició después de que el PSOE alcanzará una serie de acuerdos con los partidos separatistas vascos para aprobar algunas iniciativas legislativas. VOX ha sido el partido más activo en criticar a la izquierda por dar legitimidad e influencia a lo que consideran el “brazo político” de la organización terrorista ETA, inactiva desde 2011. En vísperas del 28M, algunas figuras de la derecha y víctimas de ETA cuestionaron la decisión de la coalición separatista EH Bildu de incluir a 44 ex terroristas (7 asesinos convictos) en sus listas para las elecciones. El debate pronto pasó de cuestionar la “ética” de su participación en política, a acusar al gobierno de ser cómplice del terrorismo. El resultado fue un debate incendiario e desconsiderado que, según algunos, menospreció a las víctimas y reavivó las tensiones.
El mejor ejemplo de este fenómeno de reavivación del debate sobre ETA puede verse en la utilización trivial del eslogan de la derecha contra la izquierda que dice “Que te vote Txapote”. Txapote es el apodo de un conocido antiguo dirigente de ETA, que actualmente cumple condena en prisión por el asesinato de 13 personas, entre ellas dos políticos del PP. Aunque el eslogan ha sido ampliamente utilizado por algunos miembros del PP y de VOX, en las redes sociales y en la cultura pop, su uso ha sido condenado por las familias de los terroristas de ETA. Incluso después de que varias víctimas condenaran su uso con fines políticos y su falta de empatía con las víctimas, el eslogan siguió difundiéndose hasta convertirse en una declaración política humorística. El eslogan se ha compartido en redes sociales, se ha cantado en actos sociales e incluso se ha impreso en camisetas (imagen 29). Durante el periodo de investigación, “Txapote”, “Que te vote Txapote” y “QuetevoteTxapote” tuvieron un total de 64.34 miles de menciones sólo en Twitter, con un alcance de 940.7 millones. Según un análisis cuantitativo de estas menciones llevado a cabo con inteligencia artificial de Brandwatch (), la mayoría de estas menciones denunciaban el lema por faltar el respeto a las víctimas y banalizar el terrorismo, y criticaron a Feijóo por no pronunciarse en contra de su uso.
Grupos activistas marginales
Las teorías conspiratorias detectadas en otras democracias occidentales se están introduciendo en los discursos sociales en España. Estas teorías se pueden encontrar en las redes sociales de algunos políticos como hemos visto a lo largo de esta investigación, y también en algunas cuentas de grupos no partidistas, marginales.
El movimiento Desokupa ha sido particularmente activo durante esta campaña electoral, recibiendo mucha atención por su lona en Madrid que reclama enviar a Sánchez a Marruecos [en referencia a los flujos de inmigración], y pide que este deje de ser un okupa de la Moncloa [la residencia del primer ministro] (imagen 32). Aunque el grupo se creó originalmente en oposición a los okupas, su discurso incorpora tambien sentimientos antiinmigración, antimulticulturalismo y aporofobia (discriminación hacia los pobres). El líder de este movimiento, que cuenta con 102,5K seguidores en Twitter y 262K en Instagram, ha manifestado que no se identifica con ningún grupo político en particular, sino que está “siempre al lado de su país y de la población española” (imagen 33). Quiles ha mostrado una relación cercana con Desokupa, a menudo compartiendo posts que lo mencionan o incluso llevando una camiseta del grupo durante una rueda de prensa con Rufián, de ERC.
La organización ultracatólica Hazte Oír, mencionada anteriormente por su retórica anti-LGBTI, ha abordado la campaña con un claro mensaje contra los dos partidos políticos mayoritarios, refiriéndose al PP y al PSOE como “dos caras de la misma moneda” y fomentando el voto “por los valores” (imágenes 35 y 36).
Es importante señalar que estas teorías de la conspiración siguen siendo en su mayoría fenómenos marginales y no están teniendo la misma tracción en España que en otros países.
Conclusión
Aunque las discrepancias son inevitables en política, y más aún en un sistema multipartidista tan joven como es el español, el discurso observado en la campaña electoral del 23J son síntomas de la polarización política del país. Esta acumulación de retórica incendiaria anti-Sanchista (término utilizado para referirse al rechazo de todas las políticas de izquierdas bajo Sánchez) y antiderechista mezclada con una desconfianza generalizada, ha creado una carencia de realidad común, en la que el público español podría sentir que nada es un hecho y todo es opinión.
Los políticos y medios de comunicación deberían ser conscientes de las implicaciones de normalizar y fomentar la desconfianza, el miedo y el odio. Otros países, como Estados Unidos, Francia y Australia, han sido testigos de las consecuencias de estas tácticas. Cuando el público desconfía de la información proporcionada por instituciones oficiales y no se identifica con ninguno de los partidos políticos, es más probable que se desvinculen y busquen información “independiente” en otros lugares. Si esto ocurre, el público español recurrirá a otros medios para informarse, cómo pueden ser los medios no afiliados que a menudo mezclan la opinión con la información, como es.decirdiario, Willytolerdoo y wallstreetwolverine, cuentas que por sí solas suman 1.42 millones de seguidores en Instagram y 767.7 millones en Twitter. Alvise Pérez, quien se identifica como “periodista independiente”, apareció en repetidas ocasiones durante el curso de nuestra investigación y cuenta con 765.4K seguidores combinados en Instagram, Twitter y Telegram. Es posible que más periodistas de este tipo ganen popularidad y audiencia a medida que se profundice la desconfianza institucional en España.
Los partidos políticos, especialmente los dos mayoritarios, PSOE y PP, -que por sí solos se prevé que obtengan el 61,3% de los votos este fin de semana- deberían hacerse responsables de infundir confianza en las instituciones gubernamentales y en los medios de comunicación libres A medida que los partidos políticos de posturas más polarizadoras entren en los gobiernos locales, regionales o nacionales, existe la posibilidad de que aumente la exposición de narrativas extremistas que ya han llevado a la violencia en otros países. Como siempre, las redes sociales tienen cierta responsabilidad en proteger el discurso electoral en el espacio virtual. Dado que el 43% del público español afirma que obtiene sus noticias a través de redes sociales en su día a día, es crucial garantizar que el contenido de las “noticias” que consumen esté libre de desinformación electoral y de falsas acusaciones contra los candidatos políticos. Los medios de comunicación también deben hacer más esfuerzo para rellenar los vacíos informativos o verificar la veracidad de ciertos datos de forma responsable para ayudar a reconstruir un ecosistema informativo saludable. De lo contrario, los españoles no sabrán en quién confiar.